Juguetes mexicanos
4 - Peque Rosita
Peque Rosita
al ropero llegó
en el bolsillo
de un pantalón.
Linda Marcela
allí la olvidó,
y en el baúl
ya no la guardó.
Peque Rosita
por un agujero
se asoma y llora
llena de miedo.
Ojos que brillan,
rojos y fieros,
dientes filosos
destilan veneno.
Todos la ayudan
de ahí a salir.
Se suben en fila
y abren ¡al fin!
Peque Rosita
suspira aliviada,
cuando descubre
que ha sido salvada.
Los ojos vidriosos
eran botones;
la boca era el cierre
de los pantalones.
Peque Rosita
aprendió la lección:
a nunca confiar
en su imaginación.
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